Los
afectados por Las Participaciones
Preferentes, al igual que un barco a la deriva, continúan perdidos, sin rumbo, navegando entre tempestades y huracanes
difíciles de controlar y sin avistar por
el momento un puerto donde atracar.
Si bien ha
pasado más de un año desde que se
destapó el fraude de las Preferentes y hoy todo el mundo sabe qué son las Preferentes y la forma irregular que se
comercializaron, no es menos cierto que los afectados se
encuentran más extraviados que nunca en un escenario cada vez más opaco, que les impide acertar con
la tecla
exacta para recuperar su dinero.
Las
preferentes fueron colocadas por los
bancos de forma indiscriminada , por lo tanto la vía de reclamación sería ir al
banco que las colocó y exigir al director de la oficina o al empleado que bendijo todas “ las bondades ” de este tóxico, y forzarlos para que devuelvan el
dinero.
Aunque este sea el camino más lógico, y el que se ha seguido
hasta ahora, los resultados han sido
infructuosos, por este motivo los preferentistas nos hemos visto forzados a reclamar a las diferentes fuerzas políticas,
ya que tanto bancos e Instituciones, como la CNMV, Gobierno, Banco de
España, Consum, Fiscalía, Defensor del Pueblo,
etc, se han blindado eludiendo
cualquier responsabilidad en esta estafa.
Es
evidente que el escenario de la lucha ha
cambiado sustancialmente y que el poder
político es el que tiene ahora la patata
caliente de las Preferentes. Sin embargo este cambio de escenario tampoco está
dando los frutos que esperábamos y
seguimos en la misma situación que al
principio, lo que confirma lo que ya sabíamos todos, la alianza inquebrantable que existe ente la banca y la política.
Todos
los partidos políticos parlamentarios, salvo Solidaritat Catalana por la Independencia y Ciutandans,
tienen créditos altísimos con diferentes bancos y cajas. Conocer las cantidades
no es fácil, ya que el Tribunal de Cuentas, la única fuente oficial, no
actualiza los números desde 2007. En los últimos cinco años se han celebrado
hasta cinco campañas electorales, incluida la actual, con lo que la cifra aún
puede ser superior. Sea como sea, las deudas de los partidos en 2007 eran:
CiU - 16.051.117
euros
PSC - 7.345.615 euros
PP - 59.397.803 euros * (PP fiscaliza las cuentas de manera centralizada)
ICV - 10.602.884
ERC - 2.865.829 euros
PSC - 7.345.615 euros
PP - 59.397.803 euros * (PP fiscaliza las cuentas de manera centralizada)
ICV - 10.602.884
ERC - 2.865.829 euros
La
mayor parte de los créditos que tienen los partidos son para pagar la
propaganda electoral y las hipotecas de los locales. Cada formación ha
negociado sus condiciones y algunas incluso han conseguido que las entidades
financieras les condonen la deuda. Es lo que pasó con el PSC y ERC, poco
después de pasar de la oposición al Gobierno.
En
2005, los socialistas consiguieron que La Caixa les perdonara 6,5 millones de
euros, una cantidad que representaba el 45% del préstamo que tenían con la
entidad financiera desde 1994, según publicó el diario El Mundo. ERC también
negoció con éxito, y logró que La Caixa les perdonara 2,7 millones de euros
correspondientes a unos intereses de un crédito solicitado en 1996.
Esta dependencia que tienen los partidos con bancos y cajas, influye
a la hora de apoyar a la ciudadanía con total libertad, por tanto no nos podemos
extrañar que nuestras peticiones a los
partidos políticos hayan sido hasta
ahora infructuosas. Esta
dependencia financiera influye
obviamente en otras problemáticas ciudadanas,
por ejemplo la ley hipotecaria que prohíbe la dación en pago, el apoyo
económico a los bancos y los rescates
que se hacen a entidades que están intervenidas como Bankia.
De continuar
con este juego proteccionista entre el poder político y financiero, será imposible erradicar el descrédito de
quienes han llevado a nuestro país a un
naufragio sin precedentes.
Luisa
Vicente Santiago