La sinergia es un término griego que significa cooperación. El concepto de sinergia no
es nuevo, se utiliza desde hace tiempo en el área del management y del
marketing para referirse al trabajo asociado y la consecución de
objetivos.
En la comida conjunta que hicimos el
sábado en el Port Olimpic, me di cuenta que el efecto de la cooperación de
todas las personas que componemos Estafabanca, ha sido lo que ha generado
la sinergia que necesitábamos para conseguir lo imposible, vencer al sistema
financiero.
La sinergia se podría definir como la influencia positiva que unas personas
ejercen sobre otras en un equipo de trabajo y que da como resultado
que se potencien y se maximice las cualidades de cada una. Este efecto consigue
que el resultado de las acciones del grupo, sea mucho mayor
que si sumáramos el mismo esfuerzo realizado de cada una por
separado. Aristóteles demostró que:
“El todo no es igual a la suma de las
partes”
Cuando hay sinergia, 4+4 no es igual a 8,
sino casi a 16. Este resultado no es posible en términos absolutos, sin embargo
es posible en un sistema sinérgico. En mi opinión, el
fenómeno sinérgico sólo puede ocurrir entre personas. En el caso de que
varias máquinas trabajasen juntas, aunque sean capaces de
procesar miles de datos y estadísticas, el resultado de la suma de
todas ellas, nunca sería mayor que el resultado obtenido individualmente
de cada una. Esto sucede porque las máquinas carecen de un
componente social y humano.
Un ejemplo sencillo para entender la sinergia,
sería lo que ocurre con los relojes. Sus componentes por separado, nunca
podrían hacer que el reloj diera la hora. Con el abecedario ocurre lo mismo,
las letras por sí mismas nunca originarían
las palabras. Tampoco las diferentes partes del cuerpo por separado,
pueden formar un ser humano si la naturaleza no establece la
conexión de todos esos órganos.
La sinergia no siempre da resultados positivos. Si en un
grupo existen personas que no son positivas, actúan como elementos destructivos
y los resultados son los contrarios de los que persigue la mayoría. En resumen,
si no hay una integración positiva entre los elementos, no se consigue el
objetivo del grupo.
Creo que hablar de “milagro” en nuestro caso, no es
exagerado, sobre todo sabiendo que medio país sigue sin haber recuperado sus
ahorros. Se que todas valoramos el hecho de haber recuperado nuestro dinero,
pero no lo olvidemos aunque pase mucho tiempo. Llegar a esto, nos costó
mucho esfuerzo a todas.
Sólo el golpe incesante del martillo sobre el yunque,
consigue doblar incluso el acero. Aunque hayamos cobrado, sigamos siendo
cada una de nosotras, yunques y martillos golpeando acompasadas
la espada de la crisis. Sólo fundiendo esa espada que atraviesa de
muerte a tanta gente, hará que no acabemos siendo personas de
hojalata.
Luisa Vicente Santiago