Hoy vivimos la cara más amable de las preferentes. El refrán “no hay mal que por bien no venga” se
ha cumplido una vez más.
La moneda amarga de las preferentes, dos años y medio después, muestra una cara muy distinta. Hoy, aquella pesadilla es un
dulce episodio en su final, que
nunca olvidaremos.
El conformismo y el miedo contaminan el intelecto, anulan la voluntad y nos llevan a caminos sin
salida, y eso no lo queríamos en nuestras vidas.
La indignación de este complot
financiero-político, hizo de forma
espontanea, que surgiera la mayor red de comunicación entre miles de personas
completamente desconocidas entre sí.
En poco tiempo, los hijos de la
represión franquista, la mayoría
jubilados, con mucho miedo
acumulado por la opresión que
vivimos, nos reconstruirnos desde la adversidad, ladrillo a ladrillo, cacho a cacho. Las
calles de todas las ciudades del país, se poblaron de mohicanos que luchaban
contra la banca, quien a traición, nos declaró
la guerra con las preferentes. Nos habían cambiado todas las respuestas y nadie
respondía a nuestras preguntas.
El comienzo no fue una idea, sino el
propósito de llegar a la victoria salvando los obstáculos que hicieran
falta. Poco a poco, personas de barro nos
convertimos en ciudadanos de granito y dejamos de lamentarnos desde el
sofá. O luchábamos hasta el final, o seriamos
engullidos por la banca. Decidimos hacer lo primero. Unidos pacíficamente, podríamos ser más fuertes que en nuestra individualidad.
Acusando a los culpables
desde la acción conjunta y el civismo,
demostramos con argumentos a muchos incrédulos, que
este episodio era una estafa institucional de grandes dimensiones. Pocos
lo reconocían, pero aún así,
no dejamos de luchar de forma pacífica.
Las situaciones adversas vividas, nos han servido para adaptarnos al
nuevo escenario económico que vivimos y ser personas más difíciles de
manipular. Hemos descubierto la cara oculta de la banca y la política, hemos aprendido a decir lo que no se podía decir, a llamar a las cosas por su nombre y a distinguir
lo que parece y no es en el teatro de marionetas, llamado democracia.
Los mohicanos de las preferentes nunca
quisimos ser marionetas al
servicio de los intereses políticos y
financieros. Un contribuyente pasivo y
un consumidor insaciable, sólo lleva a perpetuar el sistema económico actual
que nos ha llevado a esta crisis sin precedentes.
Prácticamente la mayoría de nuestros estafados, ya han recuperado sus
ahorros, y los pocos que quedan, en
breve lo conseguirán gracias a la
lucha pacífica de tod@s, contra un sistema injusto e insostenible.
Ya no nos vale que los responsables pidan perdón, ahora exigimos cambios profundos
para que una estafa así no se vuelva a repetir.
Pronto daremos el toque de queda
para el descanso y bajaremos nuestras banderas, pero no sin antes dejar
constancia en este humilde blog, de cómo una dura lucha, nos llevó a una gran victoria.
Luisa Vicente Santiago
#enxarxa