Siento vergüenza de mi país. Los bárbaros que saquearon
Caja Madrid, ahora Bankia, fueron mucho más allá de lo imaginable. Un total de 86
exdirectivos utilizaron tarjetas opacas,
emitidas al margen del circuito legal, para
costear sus comilonas, caprichos y gastos personales. Ana Botella figura como usuaria de estas tarjetas con un
gasto de 58.000 euros. La cifra estimada, según documentos de la Fiscalía
anticorrupción, asciende a 15,25 millones de euros desde 1999 a 2012. Alguno de
estos directivos llegó a despilfarrar hasta
80.000 euros.
Los autores de este pillaje no son los vikingos, aquellos
jinetes que iban a caballo y llevaban cascos con cuernos, aunque se les parecen mucho. Los vikingos de este siglo, visten traje de Zegna, corbata, llevan un Rolex y
mokasines de lujo, por lo demás, son
igual de peligrosos que un ejército de vikingos genuinos.
La situación financiera por la que atravesaba Caja
Madrid en sus últimos tiempos, considerada por los analistas como bono basura
en 2008, era comparable con la situación
que vive un país en estado de sitio, donde la
población saquea almacenes y supermercados porque todo es un caos , el escenario perfecto para que saqueadores
y desaprensivos actúen a sus
anchas.
Esta
imagen, es de ciudad argentina de Rosario en 2012, cuando centenares de
asaltantes saquearon
almacenes y supermercados. No cabe
duda que esta estampa, es el fiel reflejo de los banqueros que han saqueado
Cajas y Bancos en nuestro país. Si en lugar de ir en chandals y camuflados con
capuchas, fueran vestidos con traje y corbata y un Rolex, en España serían
respetados e incluso impunes. Sin embargo estos asaltantes de Rosario, podrían
ser perfectamente Rodrigo Rato, o Miguel Blesa cuando saquearon la Caja Madrid.
También son la viva imagen de Exdirector General Jose Maria Loza, y sus expresidentes Narcís Serra y Adolf Todó desbalijando Caixa
Catalunya, o los 4 saqueadores de Caixa Panadés, Ricard Pagés, Manuel Troyano, Santiago Abella y Juan Caellas.
La imagen
podría incluso acompañar la crónica del robo a Novogalicia por parte de José Luis Mendez López, José Luis Pego, Alonso
Gregorio Gorriarán Laz, Oscar Rodríguez Estrada,
y Javier Garcia Paredes. Como rey de los carroñeros y para acortar una lista interminable, el hombre de la imagen inferior que está empujando un carro con el botin, podría
pasar por el mayor ladrón de todos, el
Ex Gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernandez Ordoñez, alias MAFO.
El robo por hambre o necesidad se puede
disculpar, pero que roben “personajes” con sueldos millonarios y dietas
que muchas veces superan su sueldo anual, es
patético y desvergonzado. Ahora
nadie parece extrañase, de que altos Directivos y Consejeros de las Cajas,
robaran los ahorros de modestos clientes
con las famosas Participaciones
Preferentes y liquidaran hasta el último
euro con el cobro de
indemnizaciones millonarias y las
famosas tarjetas black que salen ahora a la luz. La idea en aquel
entonces, era de “sálvese quien pueda”.
Al igual que en un país tercermundista, los saqueadores de las
Arcas Públicas, siguen en puestos de
poder aunque hayan dimitido. Por algo se inventaron las puertas giratorias.
Cuando en el 2008, los bancos se lanzaron a
colocar Preferentes a todo el que tenía unos ahorros, empezó el caos en un país
que ya estaba debilitado y endeudado a causa de la burbuja inmobiliaria. Las
Participaciones Preferentes, alimentó durante
unos años a los carroñeros financieros, y
al igual que este tipo de animales, se
nutrieron de presas pequeñas y débiles, o incluso sin vida. Para
despedazarnos actuaron en grupo siguiendo
el ritual que utilizan estos animales con sus presas. Bajo la consigna del cuervo mayor, alias MAFO, todas las Cajas al unísono se repartieron el botín de nuestros ahorros. Los cuervos principales fueron estos:
Siento escalofríos cuando veo que el país está en manos de un rebaño de analfabetos
funcionales, que manejan la política, la
macroeconomia y las finanzas del país ofreciendo como única salida a la crisis,
el consumo desaforado, mientras los
jóvenes están artos de acumular títulos
y masters que no les sirven para nada.
Desde esta cachambrosa perspectiva, no
saldremos de este limbo ni aportaremos nada útil a las generaciones
venideras. Ningún legado que deje la
ciudanía vía impuestos para
contribuir al bien común, será suficiente para alimentar la codicia de quien
nunca tiene suficiente y necesita robar
sistemáticamente hasta acabar con todo.
No tiene sentido por tanto,
sacrificar nuestro bienestar,
renunciar a encender la calefacción en invierno pasando frio , llevar
a nuestros hijos a la cama sin cenar, reducir al mínimo el consumo de agua y de luz en nuestros hogares, empobrecer nuestra alimentación, sacrificar el master de nuestra hija, o que una persona minusválida
despida a su cuidadora, todo resultará
inútil si los depredadores de lo público no reciben un castigo ejemplar.
Confío que
este país maltrecho y tercermundista, resurja
algún día de sus cenizas y nunca jamás
se escriba una historia tan negra como la que estamos viviendo.
Luisa Vicente Santiago