A los estafados por la banca española, con el ánimo de
ayudarnos a no perder el equilibrio personal o a recuperarlo.
Es normal tener síntomas físicos, emocionales y/o mentales
ante una situación que nos frustra planes, nos hace perder la confianza en las instituciones
y genera impotencia y rabia.
Es normal pero no deseable para ninguno de nosotros.
Incluso recuperar el dinero depende de que nos mantengamos
lucidos. La lucidez disminuye con el dolor y las emociones negativas (tristeza,
ira, miedo… o lo que sintamos que nos
invade al pensar en el tema).
Para mantener la lucidez ante la situación, dos consejos
básicos que lo engloban todo.
NO dejo que la
mente negativa tome el mando en mí.
No pienso todo el tiempo en esto.
No me voy diciendo que perderé el dinero, David contra
Goliat, que no va a servir de nada lo que haga.
Freno estos pensamientos desesperanzadores (crean en mi cuerpo alarma y este responde con
taquicardia, dolor de cabeza, insomnio, acidez de estómago, tensión muscular… o
cualquier otra molestia).
El cuerpo ante cualquier alarma me prepara para
atacar o huir y como no puedo hacer
ninguna de las dos cosas, me encuentro mal. Por ahí no voy bien.
Al contrario: pienso que SI es una estafa, que SI es ilegal,
que es injusto, que son corruptos y cínicos , que nos toman el pelo y nos manipulan, sin
olvidar que somos una legión de
ciudadanos, más los no afectados que están escandalizados y con los que podemos
contar si lo hacemos bien.
SI pondré toda mi inteligencia y lo que haya que poner al
servicio de acabar con esta pesadilla.
Este tipo de pensamiento pone las pilas y me pone en alerta
para tener ideas y actuar, pero no me alarma.
Esta pesadilla NO ES
lo más importante que ocurre AHORA en mi vida. Ya estuve antes en otras batallitas y aquí sigo y algo
sé.
SI encaro y acepto
mis emociones negativas.
Me siento a ver la ira que siento o el miedo o la
desesperanza ante la incertidumbre, no hago ver que no pasa nada.
Veo si me enfado más menudo con los cercanos, o lloro más, o
como o bebo o fumo más, o duermo menos,
o he descuidado otras cosas que me convenían.
Me observo y procuro rectificar.
Y al hacer esto pongo conciencia, lo que conlleva a
que mi mente se calme y disminuya la mala emoción.
El nerviosismo es energía convertible en actividad.
La ira es energía convertible en actividad.
Haré todo lo que he dejado de hacer estos meses, y haré más
cosas. No para “ estar distraíd@ “, al contrario, para tranquilizarme y estar
mejor. La música me pone bien, la bici, el gimnasio, hablar con los amigos,
mirar el mar, comer con calma, trabajar bien, estar atento a los que quiero,
hacer el amor, reír, usar la ironía con “los malos “, observar lo pésimos
actores que son y cómo ya no me engañan.
Estas actividades me renuevan y me aportan energía.
Me da pereza, pero
elegiré lo que quiero hacer y lo haré.
La desesperanza y la
depresión son peor, porque son falta de energía.
Participaré en todas las acciones que me parezcan bien y
animaré a otros afectados a colaborar.
El objetivo no es sólo recuperar mi dinero, es aprovechar la
ocasión para, juntos, mejorar la sociedad en que vivimos. ¡Así no puede seguir.
Núria Merín Llaquet
No hay comentarios:
Publicar un comentario